Terrallende no tiene un hueso único en su cuerpo rojo y azul. Puedes llegar a nuevas áreas en el mundo después de desbloquear habilidades, como Metroid; navegas por el entorno con la agilidad del Príncipe de Persia; y eliminas a los malos cambiando el color de tu personaje, como Ikaruga. Sin embargo, es ese último lo que hace de Outland un gran juego de plataformas de acción en 2D, en lugar de uno bueno.
Si te enfrentas a un enemigo predominantemente rojo, debes cambiar tu propio cuerpo de verano al rojo vivo por un azul más frío e invernal para causar daño. Esta habilidad realmente brilla durante las batallas masivas contra jefes de Outland. Estos grandes males disparan ataques rojos y azules en tu camino, lo que te obliga a cambiar entre las dos pigmentaciones lo más rápido que puedas. Es maníaco, seguro, pero muy satisfactorio cuando lo logras.
Sin embargo, no se trata solo de ser agresivo: jugar con la coloración es imprescindible para moverse. Caerás directamente a través de plataformas azules si estás usando tu piel roja, y viceversa. Algunas de las secuencias de plataformas más complejas que aparecen pueden poner a prueba tu paciencia, pero, de nuevo, te sientes como una especie de dios resplandeciente cuando llegas al final de una de estas secciones más difíciles.
¿Quién necesita ideas totalmente originales cuando combinar mecánicas de otros juegos proporciona algo tan maravilloso como esto?